Me encanta la metáfora de la maleza, espontánea y silvestre, con el poder de crear raíces profundas, tener en su esencia propiedades mágicas, hierbas de una belleza peculiar que pasa desapercibida para muchos y la capacidad de convertirse en esporas y llegar a lugares inimaginables y multiplicarse.

Estas series muestran mis formas de mirar tanto en las pausas de mi cotidianidad como en el movimiento de los viajes  y también, la manera en que cada paisaje me permite descubrir mis mundos internos.

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